Cuando era niño me encantaban los comics de Astérix, siempre me hicieron disfrutar y reírme con sus aventuras, todavía hoy sigo siendo un fan y leo todas sus aventuras y veo sus películas. Como fan del personaje y los videojuegos siempre he probado prácticamente todos los juegos que han aparecido sobre sus aventuras, desde las primeras apariciones para Atari las cuales no hacían justicia al comic y poner el nombre de Astérix en esos cartuchos era una mera excusa para vender juegos más extraños, pasando por las aventuras para Commodore, Spectrum y Amstrad que aunque no eran malos si bizarros hasta juegos más modernos para consolas más recientes como los XXL.
Commodore 64 |
Arcade |
Considerado como uno de los mejores plataformas que salieron en la época de los 8 bits, y esto no se dice a la ligera ya que no fueron pocos, pues hablamos de la época en la que predominaba este género.
La historia del título es un clásico, los Romanos, hartos de luchar contra la aldea que se resiste a ser conquistada, decide raptar al druida Panorámix para acabar con la poción de los galos y así poder derrotarlos, pero lo último que harán nuestros amigos es rendirse y para ello nuestros particulares protagonistas se embarcarán en una aventura que acabará en la misma arena del César.
El juego fue desarrollado por la propia Sega, demostrando que cuando quiere nos puede dar lo mejor de este mundillo. El juego nos pone en la piel de Astérix u Obélix, elegibles antes de empezar cada pantalla y que desde el propio principio del juego ya se nos dejan claras sus diferencias jugables. Astérix es mucho más ágil, y tendrá poca fuerza y por desgracia Panorámix no estará para darnos nuestra bendita poción mágica, por lo que necesitará de toda su astucia para romper bloques, crear chorros de agua o colocar puentes sobre la lava. Por el contrario si elegimos a Obélix este romperá los bloques sin inmutarse demostrando su gran fuerza.
Esta característica hace que nuestro juego se vuelva muy variado y rejugable, pues dependiendo al galo que escojamos iremos por un camino u otro al utilizar sus diversas habilidades. Hasta la propia música cambia al controlar a Astérix u Obélix, al elegir al pequeño galo esta será mucho más rápida e intrépida pero al controlar a Obélix la melodía suena logrando un humorístico tono de "pesadez" que pega con la talla de nuestro grandísimo bonachón.
Pero volviendo al tema jugable, las pantallas serán variadísimas y repletas de zonas secretas en las que recoger diversos objetos, monedas y huesos para abrir las fases de bonus en las que controlaremos al fiel perro Idéfíx. Cantidad de zonas ocultas en pozos y troncos de árbol por los que nos colaremos al más puro estilo Super Mario, chorros de agua que servirán de plataformas o de saltos, enredaderas por las que trepar, lava saltando que deberemos evitar, y cantidad de enemigos con sus jefes finales que hacen de este juego un clásico plataformas pero de los más divertido y variado.
El nivel gráfico de Astérix es sobresaliente, de los mejores de la consola. Sprites y escenarios inspirados totalmente en el estilo de Goscinny con unas animaciones simpáticas y resultonas incluyendo a los romanos a cada cual más hilarante, demostrando que esta magnífica consola de Sega podía dar mucho de sí, y fue la gran incomprendida de su generación ya que nunca se supo aprovechar todo el potencial del que disponía a excepción de títulos como este genial Astérix. El juego es un portento para Master System, incluyendo la música que sorprende por su calidad y más tratándose de Master System ya que esta consola sufrió un recorte del chip de sonido en occidente.
Astérix es un plataformas genial con una dificultad que aumenta según avanzamos de nivel pero sin llegar nunca a ser desquiciante. Un juego que ha envejecido muy bien, aún hoy es un plataformas divertido y muy recomendable, el cual yo conservo en mi estantería y que de cuando en cuando todavía rejuego. Claramente unos de los mejores juegos que aparecieron en esta consola.
LO MEJOR:
• Una aventura en la que controlamos de manera excepcional a nuestros dos galos favoritos jugando con sus características habilidades.
• Personajes con un diseño gráfico que no parecen pertenecer tan solo a la generación de los 8bits.
• La música acompaña perfectamente según al personaje que controlemos.
• Repleto de humor Goscinny y Uderzo, como cuando golpeamos a los romanos y tan solo dejan sus sandalias.
• Un título adictivo, que nos hará rejugarlo haciendo que elijamos a diferentes galos en cada nivel para ver las rutas alternativas.
LO PEOR:
• Los caballos que tiran de nuestra cuadriga en la última fase carecen de la calidad que acompaña al resto del título, parece que los grafistas no tenían muchas ganas de trabajar aquel día.
• Se puede hacer muy corto, tan solo una hora y media a lo sumo, aunque hay que pensar que en aquella época los juegos se pensaban para terminarse de una sola vez y su duración se alargaba por la cantidad de veces que a uno le mataban y el no tener la opción de guardar partida ni contraseñas.
por: Herc
Que recuerdos, mi hermano tenia este juego y me encantaba
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